sábado, 16 de octubre de 2010

El titiritero

yace un cuerpo sin cabeza
sobre un tul azulado
sobre la mesa, sobre tu mano
como un títere sin conciencia, sin reflejos
esperando que lo hagas danzar
al compás del silencio

yace sobre tu vientre, un rostro
mitad agotado, mitad sonriente
y una lágrima rueda
hasta tu sexo, cansado

y reposa sobre las sábanas
el cuerpo entero
que te mira a los ojos
y te recibe de nuevo.


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